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Cide Hamete

Títulos de discos.

Los titulos más originales para un disco los ha utilizado ya Kiko Veneno. Supongo que por eso no me dedico a la música. Bueno, por eso y porque no valgo ni para cantar el oe, oe, oe, en el fútbol.

- Está muy bien eso del cariño. Qué rázón tiene.

- Seré mecánico por ti. Eso es amor y lo demás tonterías.

Buñuel del Desierto.

Cuando he de venir en coche a la empresa, justo antes de salir de casa elijo el cedé que me voy a bajar para escuchar en los trayectos de ida y vuelta.

Ocurre a veces que en el trayecto de ida se despiertan en mí las ganas de escuchar más de ese cedé. Entonces lo meto en la oficina y, si el trabajo me lo permite, me pongo los cascos y dibujo y calculo mientras lo escucho.

Hoy he elegido esa joya que es "Buñuel del Desierto" (LCD Prames. Año 2000). Un disco-libro de Ángel Petisme dedicado a la vida y obra del director calandino. El disco se divide en tres partes:

- PROHIBIDO ASOMARSE AL INTERIOR. Comienza con un recitado del libro de la Sabiduría a cargo de Paco Rabal. Continúa con una biografía en forma de canción, en la que se relatan, entre otras cosas, su relación con Lorca o la presencia de Buñuel en una autopsia cuando era niño:

"Dicen que tiene esos ojos de besugo
porque de niño en una autopsia se coló.
De mano en mano una botella de orujo,
mientras serraban el craneo a un pastor"

Sus amores con Pilar Bayona, ...

Esta parte se completa con canciones de Petisme salpicadas por las voces de Fernando Rey, Paco Rabal o el propio Buñuel, sacadas de extractos de películas, entrevistas,... Estas canciones están llenas de guiños a las películas, anécdotas y debilidades de la vida del genial director.

"Vueltas y vueltas
a la manivela.
Plano tras plano,
Buñuel parpadea.
Y los sueños se revelan"

- PÁJARO DE ANGUSTIA. Esta segunda parte es la curiosidad del libro, ya que se trata de poemas de Luis Buñuel musicados por Petisme. No es que fuera un grandísimo poeta, pero resulta curioso el mundo de Buñuel visto a través de sus letras en lugar de verlo, como estamos acostumbrados, a través de sus imágenes.

Comienza también con un recitado, esta vez de Fernando Rey.

"...
Cuando los soldados de Napoleón
entraron en Zaragoza,
en la vil Zaragoza,
no encontraron más que viento en las desiertas calles.

Sólo en un charco croaban
los ojos de Luis Buñuel.
Los soldados de Napoleón
los remataron a bayonetazos."

En esta parte está la canción que más me hace disfrutar del disco. "El arco iris y la cataplasma" cantada a dueto con una niña que aporta su inocente voz infantil a las preguntas que plantea el poema. Esta canción comienza con la voz de ese fabuloso y centenario escritor que no escribe que es Pepín Bello.

"...
¿Una tecla es un piojo?,
¿Me constiparé en los muslos de mi amante?
¿Excomulagará el Papa a las embarazadas?
¿Sabe cantar un policía?
¿Los hipopótamos son felices?
¿Los pederastas son marineros?
Estas preguntas son fáciles.
..."

- ENSOÑACIÓN. En esta última parte el de Calatayud celebra la fiesta de Buñuel. Canciones con letra y música de Ángel Petisme y las voces de la bellísima Silvia Pinal o Pepín Bello.

"Anda la muerte con mucho trabajo últimamente".

Termina esta parte con el final de la biografía de Buñuel.

"...
Se hizo el sordo
y vino a rodar a España.
Un regalito
en las manos del Caudillo:
una bomba llamada Viridiana.

...

Venecia, Cannes,
más premios y más años
Óscar de Hollywood
en el setenta y tres.
Las gallinas pusieron huevos cuadrados
en aquel verano del ochenta y tres.

Érase una vez un hombre encadenado
que hizo estallar el mundo
con los ojos cerrados.
..."

Es difícil encontrar un disco que tenga una entidad temática única dividida en veinte canciones. Un disco en el que todo es uno. Creo que es lo que hace de éste un disco especial. Se lo recomendaría a cualquiera que quisiera acercarse a Buñuel. Eso sí, después de haber visto al menos un par de sus películas.

Hoy un parrafito de Mark Twain

Leí Las Aventuras de Tom Sawyer por consejo de Nevers. Es uno de esos libros que parecen pensados para niños o adolescentes. Pero eso, como ocurre con muchos libros, es una mentira. No hay que tener complejo en leer La isla del tesoro, El libro de las tierras vírgenes, Los tres mosqueteros o Moby Dick pasados los 25. La literatura de aventuras está encasillada en ediciones dirigidas al público infantil o juvenil, pero no es más que una estrategia de mercado. No me gustaría caer en la trampa y hacerles el juego a los que diseñan esas estrategias. De hecho, creo que un niño de 11 años se puede entretener con El libro de las tierras vírgenes, pero hay que tener más rodaje para sacarle jugo. Eso sí, también hay que quitarse los complejos que les surgen a muchos lectores sesudos por leer un libro en el que los animales hablan.

Como digo, leí Las aventuras de Tom Sawyer y me gustó mucho. Así que ahora me he decidido a leer Las aventuras de Huckleberry Finn. Y me he sorprendido al leer un párrafo en el que se nombraba ese fascinante libro que es el Quijote. También libro de aventuras (entre otras muchas cosas). Una agradable sorpresa. Debe de haber algo de cierto en eso que se dice de que el Quijote influyó a muchos escritores extranjeros. Y no me extraña. Os copio el párrafo en cuestión.

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...Una vez Tom mandó a un chico a que corriera por el pueblo con un palo ardiendo, lo cual llamaba una consigna (que era la señal para que se reuniera la Cuadrilla), y luego dijo que por sus espías le llegaron noticias de que al día siguiente toda una cantidad de mercaderes españoles y árabes ricos iban a acampar en la Hondonada de la Cueva con doscientos elefantes y seiscientos camellos, y más de mil mulas de carga, todas llevando diamantes; y sólo tenían una guardia de cuatrocientos soldados, y así nosotros íbamos a tender una emboscada, como él la llamaba, y matarlos a todos y arrear con las cosas. Dijo que había que pulir las espadas y limpiar los fusiles y estar listos. Él nunca atacaba a una carreta de nabos sin tener las espadas y los fusiles todos bien pulidos y preparados, aunque sólo eran listones y palos de escoba, podías restregarlos hasta que te pudrieras y aun entonces no valían ni un puñado de ceniza más de lo que valieron antes. Yo no creía que pudiéramos hacer correr a una muchedumbre de españoles y árabes, pero quería ver a los camellos y los elefantes, así que estuve allí pendiente el día siguiente, el sábado, de la emboscada; y cuando nos llegó la seña, nos lanzamos desde el bosque y corrimos colina abajo. Pero no había ningún español ni ningún árabe, y no había camellos ni elefantes. No había nada, salvo una excursión de la escuela dominical, y sólo eran los pequeños del primer año. Los espantamos y perseguimos a los niños hondonada arriba; pero no conseguimos más que unas rosquillas y mermelada, aunque Ben Rogers consiguió un muñeco de trapo, y Joe Harper un libro de himnos y un folleto de la iglesia; y entonces el maestro se nos vino encima y nos hizo soltarlo todo y marcharnos. Yo no vi ningún diamante y se lo dije a Tom Sawyer. Él dijo que allí había cantidades, sin duda; y dijo que había también árabes, y elefantes y cosas. Yo dije, ¿por qué no podemos verlos, entonces? Él dijo que si yo no fuera tan ignorante, y hubiera leído un libro llamado Don Quijote, lo sabría sin preguntar. Dijo que todo se hacía por encantamiento. Dijo que había miles de soldados, y elefantes y tesoros, y más, pero que teníamos enemigos que él llamaba encantadores y ellos lo habían convertido todo en una escuela dominical de párvulos, sólo por despecho. Yo dije, bueno, está bien; entonces lo que tenemos que hacer es atacar a los encantadores. Tom Sawyer dijo que yo era un cabeza de chorlito.

- Pero - dijo- ¿no sabes que un encantador podría llamar a una tropa de genios, y ellos te machacarían en un tris?...

Ella y Él.

Él le dijo que no debían verse más.

Ella intuye que Él está tristón, que le puede el peso de una decisión que no pudo evitar tomar. Mira por la ventana y fija la mirada en los ladrillos del edificio que tiene enfrente. Es tarde y nadie pasa por la calle. Ha puesto un cedé y lo escucha a un volumen bajísimo. No puede dormir, pero cree que debería acostarse de nuevo, quitar la música y dejar pasar la noche despacio. Pero en ese momento suena Atahualpa Yupanki por los bafles:

"Porque no engraso los ejes
me llaman abandonao ...
Si a mí me gusta que suenen,
¿pa' qué los quiero engrasar?

Es demasiado aburrido
seguir y seguir la huella,
demasiao largo el camino
sin naide que lo entretenga.

No necesito silencio,
yo no tengo en quién pensar.
Tenía, pero hace tiempo,
ahora ya no tengo más.

Los ejes de mi carreta
nunca los voy a engrasar ... "

Medita si debe llamarle y tantear si hay marcha atrás, si es posible forzar un nuevo encuentro que tanto le apetece. Pero le da miedo meter la pata, avasallarle, incomodarle. Pasa una hora, quizá dos,...

Siguen sonando en su cabeza los ejes desengrasados de la carreta en la que carga todos los recuerdos de los últimos años.

Decide que Ella tampoco necesita silencio y se queda tumbada en el sofá escuchando más música.

¡Vivan los "conyugues"!

Ayer pequé. Quiero decir que vi el telediario de la noche. Allí vi un momento histórico: El primer matrimonio entre homosexuales de España.

Tan feliz acontecimiento ocurrió en Tres Cantos y fue oficiado por el concejal de Izquierda Unida, José Luis Martínez Cestau. A este edil se le veía sonriente, sabedor de que iba a tener los minutos de gloria que casi todo político español ansía. Leyó con emoción los textos legales correspondientes. Supuse cuando lo oí, que esa emoción es la que le venció cuando dijo por primera vez "conyugue" en lugar de "conyuge". Pero mis suposiciones se desvanecieron cuando detecté que por segunda vez cometía el mismo error, e incluso pude oírlo una tercera vez.

Ahí mi imaginación empezó a funcionar. Pudieron ocurrir varias cosas. La primera que se me ocurre es que alguien escribiera mal el término dicho y el concejal leyera perfectamente lo que ponía. En este caso el Ayuntamiento de Tres Cantos debería encargar la redacción de estos textos a alguien con mayor conocimiento del castellano y el concejal debería tener la suficiente iniciativa para subsanar dicho error sobre la marcha.

Otra posibilidad es que José Luis Martínez no sepa leer correctamente, lo que daría una idea del nivel cultural de los políticos que nos representan. Y no sólo eso, sino que además D. José Luis Martínez ha debido estar alejado de la radio y la televisión durante los meses en los que se discutía esa ley, ya que la palabra "conyuge" ha sido repetida muchísimas veces por tertulianos, noticieros, periodistas, diputados... será que oye pero no escucha, lo que es muy habitual en los políticos españoles.

No vi que nadie tuviera narices o seguridad en su propio manejo del lenguaje como para corregir su error al miembro del concejo.

¿Cómo elegirían a este concejal entre los del municipio para celebrar este acto? ¿No tenían ninguno que supiera leer? A menudo nos quejamos de los consejeros, concejales y ministros de Cultura. Pero ¿de dónde vamos a sacar personas mejor preparadas para estos puestos? Y no es que no las haya, lo que pasa es que probablemente son lo suficientemente prudentes como para no mezclarse con los políticos.

Civismo

El viernes 1 de julio pierdo mi tarjeta de crédito. El lunes siguiente voy a tramitar una nueva. Me aseguran que el jueves la tengo. Para más seguridad me piden que pase a buscarla el viernes. El viernes voy y por supuesto no la tienen. Les hago saber -un poco alterado- que me parece muy mal su falta de formalidad. He tenido que faltar del trabajo comprometiéndome a recuperar esas horas. Me han dicho que el martes sin falta está. ¿Apostamos? En fin, me releeré ese artículo de Larra que se titula "Vuelva usted mañana". Seguro que un escrito de hace más de cien años me relaja.

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Bajo hoy a las 6 de la mañana para coger el autobús. Me encuentro a un vecino tirando la basura.

- Oye, ¿Sabes que hasta las 8 de la tarde está prohibido tirar la basura? ¿Sabes, además, que con el calor huele que apesta y los que tenemos las ventanas encima no podemos abrirlas en todo el día por gente que, como tú, tira la basura cuando le viene en gana?

Me mira con sorpresa, ni me dirige la palabra y se va andando despreciando mis comentarios.

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Observo desde un semáforo en el que se ha parado el autobús a un ciclista que discute con un jubilado. Al parecer el jubilado iba paseando -sí, a las 6.15 de la mañana- tranquilamente por el carril bici. ¿Para qué vamos a usar las aceras existiendo el carril bici para pasear?

El ciclista se altera ¿para qué quiere un carril bici si es más seguro ir por la calzada?

Igual hace falta una campaña de concienciación para que la gente comprenda que, aun cuando no estén pasando bicicletas, el carril bici no es para los peatones.

He observado de siempre, sobre todo en el que va del Áctur a Juslibol, que los peatones preferimos dejar libre el paso en las aceras antes que en los carriles bici.

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¿Será falta de conciencia? ¿Será que nos hacen falta vacaciones a todos? ¿Será que nos gusta hacer lo que nos da la gana sin mirar la cara de nadie? ¿Será que nos falta sentido cívico?

Sospecho que la respuesta a alguna de estas preguntas es "Sí"

...

- Creo que ya vale. Esto no da más de sí y yo sufro para mantener esta relación que no va a ninguna parte. - Dijo él.

- Tienes razón -le respondió resignada ella-, pero me apena que esto termine.

- Ha estado bien, pero no tiene mucho sentido ¿no crees?

- Quizá cuando pase el tiempo podamos quedar, echar un café y por lo menos saber cómo nos va la vida. Incluso, ¿quién sabe?

- ¿Cómo que quién sabe? ¡Yo lo sé!.

- No te cierres puertas - empezó a emocionarse ella-, siempre puede suceder que nos encontremos doblando una esquina, o en un bar y nos apetezcamos el uno al otro.

- Tampoco digas eso, al fin y al cabo siempre hemos sabido que lo que hay es lo que hay. Tú eras la primera en decirlo. No hay ninguna puerta abierta ni nunca la ha habido, por lo tanto no estoy cerrando nada.

- No me mates la ilusión, si no sólo me queda echarme a llorar.

- ¿Llorar? Pero si esta relación no ha sido nada.

- No trates de razonar este momento. Sé lo que hay, pero me da pena que se acabe esta relación. Además no me creo que para ti no haya sido nada. Al menos para mí ha sido maravillosa. Amistad, sexo, cariño,... ¿Sabes cuántos años hace que nadie era cariñoso conmigo?

A ella le hubiese gustado mirarle a los ojos. Ver su gesto y adivinar qué había supuesto para él esa relación. Pero le era imposible fijar la mirada en su rostro.

- Y si ha sido tan maravilloso ¿Por qué nunca has querido enamorarte? ¿Por qué no correr riesgos? -inquirió él.

- Porque a esta relación le faltaba futuro. ¿Qué te puedo dar? ¿Qué me puedes dar? Tú sabes dónde están los límites. Al final habría habido un muro insalvable y nos habríamos detestado.

Él le dijo que la quería con la mirada. Ella no vio esos ojos amantes, pero los intuyó.

Él concluyó la conversación:

- En fin, echaremos ese café a la vuelta del verano y ¿quién sabe?

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Yo no sé si esta conversación fue así o él era ella y ella era él, si la escuché o la soñé, o incluso si yo era alguno de los dos. Sólo sé que se me quedó grabada y no pude evitar transcribirla tal y como fue o tal como no fue pero quiso ser.

Hoy un texto de Carmen Martín Gaite.

" Estaba mucho más allá, en ese más allá ilocalizable adonde precisamente ponen proa los ojos de todas las mujeres del mundo cuando miran por una ventana y la convierten en punto de embarque, en andén, en alfombra mágica desde donde se hacen invisibles para fugarse. Nadie puede enjaular los ojos de una mujer que se acerca a una ventana, ni prohibirles que surquen el mundo hasta confines ignotos. En todos los claustros, cocinas, estrados y gabinetes de la literatura universal donde viven mujeres existe una ventana fundamental para la narración, de la misma manera que la suele haber también en los cuartos inhóspitos de hotel que pintó Edward Hopper y en las estancias embaldosadas de blanco y negro de los cuadros flamencos. Basta con eso para que se produzca a veces el prodigio: la mujer que leía una carta o que estaba guisando o hablando con una amiga mira de soslayo hacia los cristales, levanta una persiana o un visillo, y de sus ojos entumecidos empiezan a salir enloquecidos, rumbo al horizonte, pájaros en bandada que ningún ornitólogo podrá clasificar, cazar ningún arquero ni acariciar ningún enamorado y que levantan vuelo hacia el reino inconcreto del que sólo se sabe que está lejos. "

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No he leído ningún libro de Carmen Martín Gaite, pero ha caído delante de mis ojos este fragmento de "De su ventana a la mía" y me ha apetecido compartirlo.

Calzoncillos

Siempre que voy a comprar calzoncillos me entran las dudas. Primero tengo que ir a la mesilla a comprobar qué talla uso. Pero no es suficiente. La dependienta te empieza a agobiar con preguntas. A veces parece que se está haciendo una imagen mental de ti en ropa interior.

- ¿Los quieres tipo boxer o slip?
- Siempre he usado slip, pero ponme 3 slips y 1 boxer para probar.
- ¿Y el boxer lo quieres ajustado o suelto?
- Pues probaré de los sueltos - digo yo, ya empezando a sudar.

Creo que fue una de mis primeras equivocaciones. A mí que mis partes vayan por ahí haciendo tolón-tolón no me hace ninguna gracia ni me resulta cómodo. En fin, creo que los llevé un par de veces nada más.

La siguiente vez pedí unos ajustados. Aún los conservo en la mesilla. Siempre puede ocurrir que alguna vez alguien con autoridad para hacerlo me pida que me los pruebe. Y hay cosas a las que no se puede decir que no, pero no son nada cómodos tampoco. Muy ajustados pero nunca sabes hacia qué lado está el asunto, que se va moviendo sin saberse cómo.

Pero no han sido las únicas veces en las que, queriendo innovar, he metido la pata.

- ¿Slip? - dice la dependienta. Aunque parece pensar ¡otro con mentalidad de abuelo!- ¿y lo quieres de estos sin costuras o de los normales?-

- Pues ponme uno de cada, así pruebo esos sin costuras que dicen que son muy cómodos.

¿Que son cómodos? ¡Y una leche! se van resbalando por tu nalga hasta que hacen un rebullo ahí donde más rozadura pueden causar. Un fracaso.

Espero que las casas comerciales no quieran inventar nada nuevo en materia de calzoncillos porque no quiero que me vuelvan a entrar las dudas. Aunque creo que sólo les falta sacarlos con bragueta hacia atrás. Así las cosas, la ficha de mi calzoncillo ideal es:

- Slip
- De algodón
- Marca Abanderado
- Con costuras
- tirando a oscuros
- con estampados discretos
- Sin bragueta a un lado, que me los bajo un poco para orinar y me los quito para otros menesteres.

Me parece que la próxima vez lo llevaré escrito para no tener que dudar.

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Este fin de semana estábamos 6 personas en esa especie de hostal que compartíamos. Eran las 12 de la mañana, habíamos dormido unas 3 horas y estábamos todos en pijama. Esperábamos a una chica que había decidido pasar la noche en una habitación más amplia y en la que la cama, la ducha, y el sudor sólo se compartía con un mozo bien parecido y que por lo visto debe ser todo encanto. Y además un afortunado, para qué engañarnos.

En la espera empezamos a hablar de calzoncillos. Todo el mundo era más moderno que yo. Todos hablaban de sus boxers, de sus calzoncillos sin costuras, de sus slips de diseño. La verdad es que me estaba entrando complejo de ser extremadamente clásico y muy poco intrépido en mi ropa interior.

- Pues la verdad, yo con eso no me encuentro cómodo, ¿qué queréis que os diga?
- ¿Pero lo has probado?
- Que sí, y no quiero probarlo más.

En ese momento, cuando más atosigado estaba, tomó la palabra una de las chicas que nos acompañaba:

- Pues si con esos vas cómodo, no cambies nunca. Además te marcan un culo la mar de interesante.

Casi me sonrojo. Al fin y al cabo no tengo costumbre de recibir piropos tan directos.
Creo que por un momento a nadie le interesó decir que sus marca Unno, o CK, o sus boxers semilargos, etc. eran "lo más mejor". Está claro que lo mejor es el abanderado estampado de algodón. Lo que se lleva esta temporada para subir el ego. Eso sí, hay que combinarlo con un culo como el mío y tener cerca una amiga sin complejos para decir cualquier cosa.

A los dos minutos, el tema de conversación era la carrera de Fernando Alonso, el delantero que debería fichar el Real Zaragoza para esta temporada,etc. En fin, cosas de hombres, ya sabéis. Que se mueran de envidia.

He vuelto vivo.

Pues sí, aunque me cueste creerlo a mí mismo, he vuelto vivo de Soria. Me gustó mucho el ambiente de las fiestas. Eso sí, tantos excesos de alcohol, falta de sueño, cansancio,etc. no son saludables. Pero no vamos a arrepentirnos a estas alturas. Al fin y al cabo disfruté mucho del fin de semana conque no caben lamentos. Ojalá pudiera repetir pronto.

Con menos resaca igual me animo y escribo alguna de las anécdotas de la fiesta.

...

Mañana me voy a Soria, donde se están celebrando ya los Sanjuanes. Es la primera vez que voy. No soy un fanático de las fiestas alcohólicas de los pueblos, pero en esta ocasión estoy ilusionado por conocer la capital del Duero en fiestas. Además la compañía es de lo más divertida.

Vamos unas 10 personas. Teníamos reservado un hostal para todos, pero a última hora alguien ha decidido que esas habitaciones van para los músicos de no sé qué orquesta. No nos hemos echado atrás por eso. Eso sí, asumiendo que igual acabamos durmiendo en los coches.

En fin, que se promete un viaje con aventura.

¡Pero qué nerviosos estamos!

Ayer vine en coche a trabajar. Yo conduzco bastante mal. No por temerario, sino más bien por todo lo contrario. Un conductor que llevaba detrás en el barrio de Valdefierro me increpó de forma bastante grosera porque en un exceso de precaución, dejé pasar a un camión que venía de frente antes de girar a la izquierda en una calle de doble dirección. Este exceso de precaución le hizo perder a este hombre no más de 15 segundos de su valiosísimo tiempo.

Por la tarde llevé mi vehículo al taller. El taller al que suelo ir tiene una entrada un poco complicada y, como lo sé, lo aparco de forma ajustada en doble fila mientras sale el mecánico y se hace cargo de meterlo dentro del establecimiento. El mecánico es de confianza y además tiene muy bien cogido el tino a la puerta de su taller, ya que está metiendo y sacando coches todo el día. Ayer lo puse en doble fila y los coches pasaban sin demasiado apuro por el resto de la calle. A todo esto llegó una furgoneta que, de haber apurado un poco menos podría haber pasado, pero decidió pegarse a mi coche y en los 30 segundos que transcurrieron mientras mi mecánico lo arrancaba, se puso a decir que hacía falta ser gilipollas para dejar ahí el coche.

- Señor, disculpe, pero si me ha de tratar de gilipollas creo que deberíamos presentarnos primero.-le contesté socarronamente.

- Es que tendrías que tener al menos un dedo de frente y no dejar el coche así, imbécil.

Mi mecánico me hizo un gesto, y me quedé esperando a que diera la vuelta a la manzana para poder intentar la maniobra que era ya imposible por lo pegada que estaba la furgoneta. Lo más sorprendente es que el conductor de la furgoneta la dejó 50 metros más adelante en doble fila mientras descargaba mercancía, haciendo parar todo el tráfico.

- No te des mal, es que este hombre debe llevar mucho tiempo sin follar y se le ha agriado el carácter -me dijo mi mecánico-. Yo, porque me tengo que llevar bien con el vecindario que si no, le habría puesto verde.

Hoy el conductor del autobús ha despertado a los vecinos de la plaza Europa con su concierto de bocina porque un coche que llevaba delante iba a la insoportable velocidad de 40 km. por hora mientras iba buscando por qué calle debía meterse.

En definitiva, no sé si será el calor o no la causa, pero la gente vive muy alterada, sobre todo cuando agarra un volante. A las personas de esta ciudad les hacen falta unas buenas vacaciones, incluido a mí.

A solas...

Como se dice en el poema de Gabriel Celaya, sólo existimos a solas. Sólo existimos ante nosotros mismos. Por eso es una fortuna poder hacer partícipe de tu existencia solitaria a alguien compartiendo un café, una conversación, unos besos, una inquietud,... eso significa que el otro eres tú mismo.

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A SOLAS SOY ALGUIEN. (Gabriel Celaya)

A solas, soy alguien.
En la calle, nadie.

A solas, medito,
siento que me crezco.
Le hablo a Dios. Responde,
cóncavo, el silencio.
Pero existe siempre,
firme frente al hueco,
éste su seguro
servidor sin miedo.

A solas, soy alguien,
valgo lo que valgo.
En la calle, nadie
vale lo que vale.


En la calle reinan
timbres, truenos, trenes
de anuncios y focos,
de absurdos papeles.
Pasan gabardinas,
pasan hombres "ene".
Todos son como uno,
pobres diablos: gente.

En la calle, nadie
vale lo que vale,
pero a solas, todos
resultamos alguien.

A solas existo,
a solas me siento,
a solas parezco
rico de secretos.
En la calle, todos
me hacen más pequeño
y al sumarme a ellos,
la suma da cero.


A solas, soy alguien,
valgo lo que valgo.
En la calle nadie
vale lo que vale.

A solas, soy alguien,
entiendo a los otros.
Lo que existe fuera,
dentro de mi doblo.
En la calle, todos
nos sentimos solos,
nos sentimos nadie,
nos sentimos locos.

A solas, soy alguien.
En la calle, nadie.

Cómo estar guapa en la oficina.

Leo hoy en el Semanal que acompaña al ejemplar dominical del Heraldo un artículo que se titula "Fresca y guapa en la oficina". Por lo pronto deduzco que el artículo no va dirigido ni a las peluqueras, ni a las cajeras de supermercado, ni a las camareras, ni a dependientas, ni a limpiadoras,...

El artículo consiste en media docena de fotos de unas modelos extremadamente delgadas que posan junto a unos muebles de diseño que yo, que trabajo en una oficina, no he visto en mi vida.

Sorprendido por el hecho de que lo más preocupante en una oficina sea pensar qué modelito he de ponerme al día siguiente, me atrevo a leer los textos. No tienen precio: "Casual Friday. ¿Vaqueros para trabajar? Sí, siempre que sepas sofisticarlos. El 'look' que manda: el pirata". La verdad es que sería capaz de pagar por ver a mis compañeras de oficina vestidas con esos modelos tan espectaculares que aligerarían la jornada del mismo modo que los pósters de algunos camiones, pero sospecho que los sueldos de mi oficina no dan para que tu ropa de diario sea de Moschino, Alba Conde, D&G, Tod's, Pomellato, Dior,...

Alucinando aún por esos muebles imposibles de meter en una oficina normal, me fijo ahora en la actitud de las modelos, que sin duda han debido trabajar muchísimas horas en una oficina. Ninguna está atendiendo por teléfono a un proveedor zoquete, ni calmando a un cliente maleducado, ni dejándose la vista frente a la pantalla del ordenador, ni ordenando papeles (no sale ni un solo papel en todo el artículo), ni sacando cuentas.

Pero mi foto favorita de todo el artículo muestra a una modelo perfectamente maquillada y con un sombrero beis con ribete amarillo, fundamental para que la luz de los fluorescentes no estropee el color del pelo, unas gafas de sol (las radiaciones de la pantalla del ordenador son muy malas), una falda-pantalón por encima de la rodilla, y una blusa abierta hasta cuatro o cinco centímetros por encima del ombligo y que insinúa de una forma bastante clara que la modelo no lleva el incomodísimo sujetador que impediría el correcto desarrollo de su trabajo de oficina al limitar su movilidad. Para hacer aún más completa la foto, la modelo apoya sus dos pies sobre un taburete que hace juego con el sillón rojo con patas de diseño sobre el que está sentada, en actitud indudable de trabajo.

¡Cuánto ganarían las oficinas en España si las oficinistas siguieran al pie de la letra los consejos de este artículo!:

- ...sube el tono y olvídate de los colores pastel de niña buena
- ...rescata del armario la falda pantalón de tu adolescencia. Se lleva de talle bajo y con cinturón.
- ...los complementos deben ir a juego.
- ...lo más chic para una reunión de negocios: una falda plisada con top safari.

Cuando veo algunas denuncias estúpidas de ciertas asociaciones feministas dirigidas por personas pendientes de salir en los periódicos demostrando lo supuestamente luchadoras y comprometidas que son, me pregunto si leerán estos artículos. Para ser sincero también a mí me sorprende haberle dedicado tanto tiempo a esta bazofia. En fin, mañana vuelta al trabajo. Supongo que tendré que dedicar lo que queda de tarde a pensar qué camisa va mejor con los zapatos, o si mi reloj es suficientemente vistoso. Aunque igual voy en bermudas. Mejor aún, voy a reservar las bermudas de flores para el viernes. Ya sabéis: 'Casual Friday'

...

Acabo de hablar con JTS. Javier es ese hombre de quien Labordeta, si lo viera paseando por Nueva York, diría: "este tío es de Zaragoza".

Javier ha perdido a su padre hace poco. Pero Javier es todo serenidad. Cuando le llamas para lamentar que un desgraciado le queme el camión, o que su padre haya fallecido, es él el que se muestra más sereno. Y no es resignación cristiana ni falta de sentimiento. Es simplemente que él sabe que la vida tiene sus golpes y que algunos vienen a destiempo. Así que un golpe esperado es menos duro y ante uno inesperado acopia todas sus fuerzas para ser un impagable ejemplo de fortaleza para su hijo y para todos aquellos que vemos en él a alguien fantástico.

Cortázar y la mala literatura

Acabo de leer que a Cortázar le gustaba leer mala literatura. No es que él no supiera distinguir la buena de la mala, ni que prefiriera esta última. Simplemente, si un libro era malo, también disfrutaba con él.

Hace tiempo, en una entrevista televisiva a Fernando Trueba, alguien le preguntó qué era un cinéfilo. El dijo algo así como que un cinéfilo no tiene porqué ser un casposo ni un tipo raro; su definición venía a ser que un cinéfilo es aquel que disfruta viendo cine, aunque éste sea malo. Eso sí, observa cómo mejoraría una escena, como iluminaría un decorado, como corregiría a un actor,... Me parece una definición perfecta.

Me pregunto si será lo mismo que me ocurre a mí con la música en vivo. Disfruto tanto en un concierto que he sido capaz de disfrutar con algunos cantantes y grupos realmente insufribles. No digo que yo sea un melómano, que no lo soy, pero recuerdo una vez que llegué tarde a casa y, mientras me ponía el pijama vi en la tele a La Monja Enana. No sé si son capaces de cosas mejores, pero aquella vez el concierto me pareció lamentable. Pero ahí permanecí frente al televisor perdiendo un buen rato de sueño por ver el concierto de La Monja Enana.

Otro caso es el de El Niño Gusano, que no me gustan nada. No digo que no hayan sido un grupo importante, e incluso que puedan tener la calidad en algún sitio que yo no sea capaz de ver. Lo único que digo es que no me gustan nada. Y sin embargo, fui a verles una media docena de veces en directo y disfruté del momento escuchando las letras, leyendo los acordes en las manos del guitarrista,...

Tampoco quiero confundir. He estado en conciertos maravillosos de todo tipo. Cuando has escuchado cantar vidalas a Alicia Fernández y a Patricia Badián, o rocanrol a Mauricio Aznar, o cuando has oído ese dúo incomparable que eran David Angulo y Marisol Aznar en Al son del sur cantando eso de "Sale caro ser poeta" de Gloria Fuertes, la música se convierte en una cosa distinta a los ránkings comerciales, y a los concursos televisivos de karaoke. Entonces la música es sólo arte, y ese arte en concierto te eriza los pelos y los sentimientos.

Pero cómo explicar que incluso fui a ver una vez a Jesús Vázquez. Eso sí, con 16 años y muy bien acompañado. Supongo que soy conciertófilo.

Visita a Vidal Hnos.

Ayer fui a visitar a unos amigos que acaban de tener una preciosa niña. De camino hacia tan feliz encuentro pasé por la calle Baltasar Gracián, cerca de la Universidad. Siempre que paso por esa zona no puedo evitar entrar en la librería de viejo Vidal Hnos. Me encanta recorrer sus estanterías y sus cajones. Siempre acabo encontrando algo que llevarme a casa.

Me entretuve poco, tenía prisa por ver a la pequeña recién nacida. Así que di un paseo rápido y cacé al vuelo un ejemplar de "La guerra de los mundos" de H.G.Wells en una traducción de Ramiro de Maeztu y con tapa dura por 2,98 €. He leído muchos libros de aventuras, pero pocos de ciencia-ficción, así que si he de aficionarme alguna vez habrá que empezar por alguno de los buenos.

Luego vi que había un expositor que no había visto hasta la fecha. En él había muchísimas cosas interesantes. Enseguida se agarró a mi mano sin que pudiera soltarla, una colección de artículos, escritos, reflexiones,... de Miguel de Unamuno titulada "De mi país" en una edición de Espasa Calpe del año 43. El prólogo comienza así:

"Agavillo y anudo en este tomo, antes de que se me pierdan desparramados en las hojas volantes de diarios y revistas en que se estamparon, aquellos de mis escritos que tocan de cerca o de lejos a mi país y a sus cosas y personas."

Después, decidí comprar como mucho un sólo libro más. No me gusta perder la esperanza de leer todo lo que tengo en casa, así que tres libros cada vez que voy a una librería es un buen número. Además, evitando comprar los libros por docenas seleccionas un poco más.

El tercer libro me dio más que pensar. Dudé entre uno de Larreta, otro de Azorín -del que sólo he leído "Las confesiones de un pequeño filósofo" siguiendo el criterio de un amigo catalán y me gustó mucho-, o comprarme otro de Unamuno. Opté por esta última opción. De Unamuno he leído su poesía y "San Manuel Bueno Martir", libro que me pareció exquisito por su lenguaje y sobre todo por la profundidad psicológica de su personaje principal. No se puede separar al Unamuno escritor del filósofo y del inventor de palabras (Él inventó el término papiroflexia entre otras cosas) y en todas esas facetas Don Miguel es extraordinario. De Unamuno me fascinan incluso las pequeñas historias, sus anécdotas, su valentía ante la vida reflejada entre otras situaciones en su famoso enfrentamiento con Millán Astray. También sus conversaciones con otras personas a las que siempre escandalizaba o fascinaba con su ingenio:

- Yo debí entrar en el seminario.

¡Ay de mí, que he errado mi vocación!

- ¿En un seminario usted, don Miguel?

- Sí. Debiera haber sido cura.

- Y ¿para qué quiere usted ser cura?

- Pues, para ser obispo.

- ¿Obispo? ¿Y para qué quiere ser obispo?

- Pues, vea, para decir herejías; que las digo ahora y nadie me lleva el apunte; que si fuera obispo...

Así que a pesar de haberle leído tan poco aún, decidí comprarme "Recuerdos de niñez y de mocedad". En una edición del año 42.

En total 3 libros por menos de 9 €. Aún hay quien dice que los libros son caros. Debe ser que sólo leen novedades. Puede que alguno de estos libros no me guste. Todo puede ocurrir. Pero sería rarísimo que no sintiera mi espíritu alimentado por ninguno de los tres. Así que, dándole vueltas a la cabeza, me pregunto ¿para qué me voy a comprar ningún superventas? "El código Da Vinci" cuesta unos 23€, y casi todas las personas de cuyo criterio me fio, dicen que no es para tanto. Hay excepciones; conozco gente con muy buen gusto a los que les ha encantado. Pero eso sí, no conozco a nadie que se atreva a argumentar en contra de la calidad de Unamuno o de H.G.Wells. Con esto y sabiendo que una vida no es tiempo suficiente para leer todo lo que merece la pena leer, ¿cómo voy a asumir ese riesgo de perder el tiempo? Seguro no hay nada, pero mi intuición me dice que he acertado con mi elección. Sólo espero que en mi próxima visita a Vidal Hnos. sigan allí esos libros de Azorín.

Trae contigo la lluvia

Por razones evidentes llevo una temporada acordándome de nuevo de esta canción de Ángel Petisme. Siempre me ha parecido una verdadera joya musical, pero también como poema tiene su valor.

La copio de memoria, de modo que no sé si la puntuación es la que puso su autor.

TRAE CONTIGO LA LLUVIA (A los Monegros)

El girasol se secaba
como un vientre sin caricias
y el cuco de los relojes
se suicidó una mañana.

En el desván las polillas
devoraban los paraguas.
Los novios no se besaban
para no gastar saliba.

Arden siete mares
bajo siete lunas.
Tus huesos barruntan
besos de ultramar.
Ojos de medusa,
vientre de coral,
aleja penurias
y ayuda a olvidar.

Trae contigo la lluvia,
trae contigo la lluvia
señora de las libélulas.

Estaban sucias las sábanas
y vacías las escuelas.
Se teñía el horizonte
del rojo de la acuarela.

Las mieses no eran el mar
dorado de nuestra infancia
y la brisa no corría
en las faldas de las muchachas.

Arden siete mares
bajo siete lunas.
Tus huesos barruntan
besos de ultramar.
Ojos de medusa,
vientre de coral,
aleja penurias
y ayuda a olvidar.

Trae contigo la lluvia,
trae contigo la lluvia
señora de las libélulas.

Filosofía de café con hielo

Para sobrevivir al calor mientras se hace la digestión, un oficial de albañil y el peón que tiene a su cargo entran a un bar a tomar un café con hielo. Tras ojear el periódico a medias, uno, el más mayor, el oficial, abre el debate:

- Mira lo que dijo el catedrático ése, que los homosexuales son enfermos, y que sus padres eran alcohólicos.

- Sí, hay que ser un poco imbécil para darle la palabra a gente así en un debate serio y escucharle sin soltar una carcajada de lástima. -Le responde el joven peón.

- Bueno, bueno, algo de razón tiene. Además si es catedrático algo sabrá, que no es un cualquiera.

- También los nazis encontraron gente con muchos estudios que defendía la superioridad de la raza aria.

- No vas a comparar, a los maricones no se les gasea. Esos eran otros tiempos.

- Tienes razón, a los homosexuales nos limitamos a llamarles maricones y a tratarles como si fueran enfermos. No hay nada de malo en ello ¿no? - Inquiere el joven con tono sarcástico.- Además ahora somos mucho más educados. Vamos, que tenemos una mentalidad más avanzada.

- Ves, lo que yo digo.- Sentencia el oficial sin entender nada.

El camarero siente unas terribles ganas de reir, pero su profesionalidad se lo impide, así que agarra la bayeta y comienza a fregar las mesas vacías.

Hoy: Tango

Decía mi abuelo que el tango eran lamentos de cabrón. Creo que tenía razón, pero qué bien se lamentan algunos. Del que os copio me gusta mucho la versión de Malevaje y, aunque menos ortodoxa, me gusta también el dueto de Búnbury con Calamaro.

CONFESIÓN (Enrique Santos Discépolo / Luis César Amadori)

Fue a conciencia pura que perdí tu amor,
nada más que por salvarte.
Hoy me odias, y yo feliz,
me arrincono pa' llorarte.
El recuerdo que tendrás de mi será horroroso,
me verás siempre golpeándote como un malvao,
y si supieras bien qué generoso,
fue que pagase así,
tu gran amor.

¡Sol de mi vida!
Fui un fracasao,
y en mi caída busqué echarte a un lao,
porque te quise tanto, ¡tanto!,
que en mi rodar, para salvarte,
sólo supe hacerme odiar.

Hoy después de un año atroz te vi pasar,
me mordí pa' no llamarte.
Ibas linda como un sol,
se paraban pa' mirarte.
Yo no sé si el que te tiene así se lo merece,
sólo sé que la miseria cruel que te ofrecí
me justifica el verte hecha una reina,
pues vivirás mejor lejos de mí.

¡Sol de mi vida!
Fui un fracasao,
y en mi caída busqué el echarte a un lao,
porque te quise tanto, ¡tanto!,
que en mi rodar, para salvarte,
sólo supe hacerme odiar.