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Cide Hamete

Ella y Él.

Él le dijo que no debían verse más.

Ella intuye que Él está tristón, que le puede el peso de una decisión que no pudo evitar tomar. Mira por la ventana y fija la mirada en los ladrillos del edificio que tiene enfrente. Es tarde y nadie pasa por la calle. Ha puesto un cedé y lo escucha a un volumen bajísimo. No puede dormir, pero cree que debería acostarse de nuevo, quitar la música y dejar pasar la noche despacio. Pero en ese momento suena Atahualpa Yupanki por los bafles:

"Porque no engraso los ejes
me llaman abandonao ...
Si a mí me gusta que suenen,
¿pa' qué los quiero engrasar?

Es demasiado aburrido
seguir y seguir la huella,
demasiao largo el camino
sin naide que lo entretenga.

No necesito silencio,
yo no tengo en quién pensar.
Tenía, pero hace tiempo,
ahora ya no tengo más.

Los ejes de mi carreta
nunca los voy a engrasar ... "

Medita si debe llamarle y tantear si hay marcha atrás, si es posible forzar un nuevo encuentro que tanto le apetece. Pero le da miedo meter la pata, avasallarle, incomodarle. Pasa una hora, quizá dos,...

Siguen sonando en su cabeza los ejes desengrasados de la carreta en la que carga todos los recuerdos de los últimos años.

Decide que Ella tampoco necesita silencio y se queda tumbada en el sofá escuchando más música.

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acróbatas -

Para tí y para hoy: "Alhajita", interpretada por Quique González en La Noche Americana.