Impuestos nuevos
Supongo que lo de los impuestos es un mal necesario. Queremos servicios públicos y que las calles y carreteras estén en condiciones, luego hay que pagar impuestos. Está claro.
Eso sí, en el manejo de los impuestos se pueden pedir dos cosas:
· que se manejen de forma honrada por parte de los responsables políticos
· que su pago se distribuya de forma justa.
He leído este domingo en el Heraldo de Aragón que el Gobierno de Aragón va a aplicar eso que llaman "el céntimo sanitario" a las gasolinas. Primeramente me sorprende que este céntimo sean en realidad 2,4 céntimos. Es decir, las gasolinas subirán casi un 3% debido a este impuesto.
Yo trato de usar el coche lo menos posible y, por tanto, creo que no estoy excesivamente afectado. Pero no comprendo que tenga que pagar más impuestos el trabajador de una empresa que esté a las afueras de la ciudad que el que trabaje en el centro de Zaragoza. O un representante de lapiceros que vaya de kiosko en kiosko, que el dependiente de una panadería. En definitiva, que no me parece un impuesto justo.
A mí el impuesto que me parece que es más justo es el IRPF. Tanto he ganado, tanto he de pagar. Aunque siempre puede haber manejos para esquivar el pago.
Escuché hace poco a un responsable del ministerio de Hacienda que no se debería volver nunca al sistema de deducciones. Supongo que este tipo sabe mucho más que yo de economía. Esto no resulta demasiado complicado, ya que yo no tengo ni idea. Pero recuerdo que cuando era crío y me compraban unas gafas, mi madre no dejaba de pedir la factura porque "deducía". Hoy por hoy, nunca te acuerdas de pedir la factura en estas cosas, con lo que los beneficios declarados por cualquier óptica quedan a expensas de la buena voluntad del jefe del negocio. Gracias a Dios tampoco uso gafas ya, pero sigo yendo al dentista de cuando en cuando, o pagando servicios que antes servían para deducir en el IRPF. No me parece tan malo el sistema. Garantizas que existe una factura por el servicio y además repartes esos impuestos de una manera que puede ser justa. Me figuro que, como todos los sistemas, tiene sus agujeros.
Supongo que quitando deducciones también te puedes permitir el lujo de reducir impuestos, con toda la demagogia que se puede hacer ante este hecho. Vende mucho en un político decir que baja el IRPF, cuando en realidad puede estar diciendo que ciertos servicios serán para el que los pueda pagar y esté dispuesto a ello. Vale, reconozco que esta última frase también es demagógica, pero mantengo que el sistema de impuestos que se está imponiendo no es de mi gusto.
Eso sí, en el manejo de los impuestos se pueden pedir dos cosas:
· que se manejen de forma honrada por parte de los responsables políticos
· que su pago se distribuya de forma justa.
He leído este domingo en el Heraldo de Aragón que el Gobierno de Aragón va a aplicar eso que llaman "el céntimo sanitario" a las gasolinas. Primeramente me sorprende que este céntimo sean en realidad 2,4 céntimos. Es decir, las gasolinas subirán casi un 3% debido a este impuesto.
Yo trato de usar el coche lo menos posible y, por tanto, creo que no estoy excesivamente afectado. Pero no comprendo que tenga que pagar más impuestos el trabajador de una empresa que esté a las afueras de la ciudad que el que trabaje en el centro de Zaragoza. O un representante de lapiceros que vaya de kiosko en kiosko, que el dependiente de una panadería. En definitiva, que no me parece un impuesto justo.
A mí el impuesto que me parece que es más justo es el IRPF. Tanto he ganado, tanto he de pagar. Aunque siempre puede haber manejos para esquivar el pago.
Escuché hace poco a un responsable del ministerio de Hacienda que no se debería volver nunca al sistema de deducciones. Supongo que este tipo sabe mucho más que yo de economía. Esto no resulta demasiado complicado, ya que yo no tengo ni idea. Pero recuerdo que cuando era crío y me compraban unas gafas, mi madre no dejaba de pedir la factura porque "deducía". Hoy por hoy, nunca te acuerdas de pedir la factura en estas cosas, con lo que los beneficios declarados por cualquier óptica quedan a expensas de la buena voluntad del jefe del negocio. Gracias a Dios tampoco uso gafas ya, pero sigo yendo al dentista de cuando en cuando, o pagando servicios que antes servían para deducir en el IRPF. No me parece tan malo el sistema. Garantizas que existe una factura por el servicio y además repartes esos impuestos de una manera que puede ser justa. Me figuro que, como todos los sistemas, tiene sus agujeros.
Supongo que quitando deducciones también te puedes permitir el lujo de reducir impuestos, con toda la demagogia que se puede hacer ante este hecho. Vende mucho en un político decir que baja el IRPF, cuando en realidad puede estar diciendo que ciertos servicios serán para el que los pueda pagar y esté dispuesto a ello. Vale, reconozco que esta última frase también es demagógica, pero mantengo que el sistema de impuestos que se está imponiendo no es de mi gusto.
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acróbatas -
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