diez años del golazo de Nayim
Recuerdo que hace diez años salí a la calle compartiendo un sueño con miles de zaragozanos. Con la absurda alegría de haber vivido algo realmente irrepetible. No hay muchas personas que puedan decir que vieron a su equipo ganar un título continental en el último minuto de la prórroga, con un gol imposible desde 50 metros. ¡Qué grandeza tiene el deporte!. Hoy se cumplen 10 años del golazo de Nayim.
No es que yo sea muy futbolero, pero ese día fue mágico. Pocas veces está justificado abrazarte con desconocidos. Ese día ocurrió eso y mucho más. Yo lo viví en las pantallas gigantes del Pabellón Príncipe Felipe. La gente comenzó a correr hacia ningún sitio, a abrazarse,... Seguro que muchas parejas comenzaron su historia tras un beso repentino con la emoción del momento como excusa.
Recuerdo que un profesor que era un poco raspa nos había puesto un examen al día siguiente. Por supuesto eso no fue suficiente para evitar que ese día me acostara a las mil, tras pasar por la plaza España y ver la mayor fiesta colectiva que yo he visto en esta ciudad. Cuentan las crónicas que ese día se agotó la cerveza del Casco Viejo.
Hay equipos que, con dinero, o gracias a la fortuna en la elección de sus fichajes, consiguen juntar alguna vez una plantilla con la calidad de aquella, pero muy pocos lograrán jamás generar una ilusión tan absurdamente maravillosa como aquella. Hace falta para eso que se alineen todos los planetas, y eso no ocurre a menudo.
No es que yo sea muy futbolero, pero ese día fue mágico. Pocas veces está justificado abrazarte con desconocidos. Ese día ocurrió eso y mucho más. Yo lo viví en las pantallas gigantes del Pabellón Príncipe Felipe. La gente comenzó a correr hacia ningún sitio, a abrazarse,... Seguro que muchas parejas comenzaron su historia tras un beso repentino con la emoción del momento como excusa.
Recuerdo que un profesor que era un poco raspa nos había puesto un examen al día siguiente. Por supuesto eso no fue suficiente para evitar que ese día me acostara a las mil, tras pasar por la plaza España y ver la mayor fiesta colectiva que yo he visto en esta ciudad. Cuentan las crónicas que ese día se agotó la cerveza del Casco Viejo.
Hay equipos que, con dinero, o gracias a la fortuna en la elección de sus fichajes, consiguen juntar alguna vez una plantilla con la calidad de aquella, pero muy pocos lograrán jamás generar una ilusión tan absurdamente maravillosa como aquella. Hace falta para eso que se alineen todos los planetas, y eso no ocurre a menudo.
2 comentarios
Anónimo -
acróbatas -
Un beso, otro beso, y la pena se va con el humo...