Tarde de lunes
Ayer salí de trabajar y acudí a la Biblioteca de Aragón. Aproveché que tenía tiempo libre para llegar pronto y tener una excusa para pasear por la zona. Pasé primeramente por la calle Dato donde la pastelería Manuel Segura prepara las mejores palmeras de chocolate del mundo - al menos de mi mundo-. Cada uno tienen sus vicios y yo que no fumo, y que bebo poco tenía que tener algún vicio y éste, a falta de mujeres que me hagan más caso, son las palmeras de chocolate de Manuel Segura. Me comí mi palmera observando el escaparate de la librería Reyes que está colindando con la propia pastelería.
La librería Reyes está especializada en libros de historia bélica, guerras, literatura sobre armamento,... Reconozco no ser un apasionado del tema, pero me resulta muy agradable ver como resiste una tienda así en el centro de la ciudad. En su interior tiene alrededor de una docena de cascos militares de distintas épocas y ejércitos situados encima de las estanterías. Es agradable observar el mimo con el que todo está situado en el escaparate y en el interior, tratando de aprovechar hasta el mínimo espacio disponible.
Después fui a la Biblioteca de Aragón, que era mi principal destino esa tarde. Visité con curiosidad las distintas formas de encuadernar e ilustrar un libro. Se trata de un cuento de Daniel Gascón al que los alumnos de la escuela de Artes y Oficios le han dado distintos formatos, tipografías, encuadernaciones,... una exposición curiosa acerca de las distintas formas artesanales de tratar una publicación. Algunas de esas formas resultan exquisitas, otras prácticas, y todas sorprendentes.
Acudió Javier Torres (ese hombre a quien Labordeta encontraría en Nueva York y diría "este tío es de Zaragoza"). Javier es una persona con quien trato menos de lo que quisiera, pero que siempre ha mostrado un trato amigable y afectuoso conmigo. No es fácil de explicar por qué siento tanto aprecio por Javier, pero así es. Es un personaje imposible que lee libros en los semáforos mientras conduce, lleva no sé cuántos móviles encima y tiene grabado en uno de ellos el golazo de Nayim.
Del libro que se presentaba no puedo decir mucho. Sólo pude hojearlo y tiene buena pinta. Un libro en el que el protagonista es Antón Castro y en el que aparecen personajes como Cela, Cervantes, Labordeta, Mariano Gistain, Carpentier, Rosalía de Castro, .... tiene que ser interesante cuando menos. Además Antón es interesante y seductor en sí mismo, así que es para mí casi una obligación moral conmigo mismo leer este libro.
Tras la presentación tuve una más que agradable conversación con Pepe Melero que me dio un afectuoso tirón de orejas por no leer contemporáneos. Además me proporcionó material para un futuro artículo que explique este vergonzante hecho. Antón Castro me prometió un café del que tomo palabra, y finalmente, pude conocer a Javier Burbano con quien tuve una animada charla sobre lo mucho que me gusta su blog, sobre cómo son los franceses y lo fascinante que resulta Pepe Melero.
Apenas fueron en total dos horas. Pero fueron dos horas intensas y fascinantes. ¡Qué lujo conocer a esta gente!
La librería Reyes está especializada en libros de historia bélica, guerras, literatura sobre armamento,... Reconozco no ser un apasionado del tema, pero me resulta muy agradable ver como resiste una tienda así en el centro de la ciudad. En su interior tiene alrededor de una docena de cascos militares de distintas épocas y ejércitos situados encima de las estanterías. Es agradable observar el mimo con el que todo está situado en el escaparate y en el interior, tratando de aprovechar hasta el mínimo espacio disponible.
Después fui a la Biblioteca de Aragón, que era mi principal destino esa tarde. Visité con curiosidad las distintas formas de encuadernar e ilustrar un libro. Se trata de un cuento de Daniel Gascón al que los alumnos de la escuela de Artes y Oficios le han dado distintos formatos, tipografías, encuadernaciones,... una exposición curiosa acerca de las distintas formas artesanales de tratar una publicación. Algunas de esas formas resultan exquisitas, otras prácticas, y todas sorprendentes.
Acudió Javier Torres (ese hombre a quien Labordeta encontraría en Nueva York y diría "este tío es de Zaragoza"). Javier es una persona con quien trato menos de lo que quisiera, pero que siempre ha mostrado un trato amigable y afectuoso conmigo. No es fácil de explicar por qué siento tanto aprecio por Javier, pero así es. Es un personaje imposible que lee libros en los semáforos mientras conduce, lleva no sé cuántos móviles encima y tiene grabado en uno de ellos el golazo de Nayim.
Del libro que se presentaba no puedo decir mucho. Sólo pude hojearlo y tiene buena pinta. Un libro en el que el protagonista es Antón Castro y en el que aparecen personajes como Cela, Cervantes, Labordeta, Mariano Gistain, Carpentier, Rosalía de Castro, .... tiene que ser interesante cuando menos. Además Antón es interesante y seductor en sí mismo, así que es para mí casi una obligación moral conmigo mismo leer este libro.
Tras la presentación tuve una más que agradable conversación con Pepe Melero que me dio un afectuoso tirón de orejas por no leer contemporáneos. Además me proporcionó material para un futuro artículo que explique este vergonzante hecho. Antón Castro me prometió un café del que tomo palabra, y finalmente, pude conocer a Javier Burbano con quien tuve una animada charla sobre lo mucho que me gusta su blog, sobre cómo son los franceses y lo fascinante que resulta Pepe Melero.
Apenas fueron en total dos horas. Pero fueron dos horas intensas y fascinantes. ¡Qué lujo conocer a esta gente!
6 comentarios
Cide -
Meritxell -
Jts -
acróbatas -
Athe -
Javier Burbano -
Un abrazo