Cambio de plantilla. ¡Qué difícil es crear!
Puede que sea un poco superficial, pero he cambiado la plantilla del blog porque, aunque me gusta la combinación de colores de la anterior, en ésta se lee más claro, creo yo. Además, ¿por qué seguir igual cuando la vida es cambio?. En fin, que igual dentro de dos días vuelvo a la antigua o pruebo otra distinta.
También puede ser que me entren ganas y trate de aprender a hacer mi propia plantilla, aunque no lo creo.
Realmente lo que debería hacer, si que quiero tomarme un poco en serio esto del blog, es sentarme con más calma y escribir. Llevo más de un mes con el blog y, la verdad es que no tenía nada claro que fuera a durar tanto. Lo que empezó por curiosidad es algo que ahora no quiero dejar morir, aunque sospecho que se morirá por sí solo.
¡Qué difícil es crear! Aunque sea una opinión, un relato, una breve descripción. Crear algo con un mínimo de sentido. De hecho, confieso que no creo que este blog tenga más de tres artículos realmente interesantes en las cinco semanas que lleva funcionando.
A veces escucho una canción que no me gusta, una de esas machaconas canciones hechas para usar y tirar y promocionadas hasta el hartazgo, y pienso que incluso eso es difícil de crear. ¡Qué envidia me dan los que crean! Y, si difícil es crear, no digamos ya vivir de ello. ¿Cómo lo consiguen los que lo consiguen? No es que yo lo haya intentado nunca, ni lo pretendo. De hecho si soy incapaz de crear, ¿Cómo voy a ser capaz de algo más?
¿Existe una edad para crear? Supongo que sí, pero cada uno tiene una. Cervantes escribió su Quijote con casi 50 años, y la segunda parte diez años después. Sin embargo Alberti era célebre con 18 años, casi la misma edad a la que Neruda publicó sus "Veinte poemas de amor y una Canción desesperada".
Quiero, lector, que sepas que estas humildes, secas y, a menudo insulsas, líneas me cuesta mucho esfuerzo crearlas. Nada me llevo de este blog más que el placer que me supone el esfuerzo hecho. Como cuando voy a nadar y tras 80 largos decido que aún haré diez más. No es la marca, es el esfuerzo. Igual que muchas veces, no es el destino sino el viaje lo que importa. (Vaya topicazo me ha salido ¿verdad?)
De hecho tampoco he pretendido nunca que estos artículos gusten a nadie. Si te aprovechan mejor para ti. A mí me reconforta si me entero que es así, pero el sentido no es ése. Al menos no lo ha sido hasta ahora.
Recuerdo que hace algunos años tuve un programa de radio que no escuchaba casi nadie en una radio libre. Había quien me decía que tenía que poner música que le gustara más a la gente, que tenía que hacer menos crítica, menos poesía, menos entrevistas, y poner "lo que sonaba por la tele"... a esa gente -amigos algunos de ellos-, aún con el riesgo de parecerles arisco, les decía que no escucharan el programa si no les gustaba, que yo no necesitaba su atención, que me gustaba el "hacer" y no tanto el que vieran lo hecho. Dudo que muchos lo entendieran. Probablemente ni yo mismo sepa explicarlo, pero creo que a todo el mundo nos pasa con alguna inquietud. Tiene mi hermana un cajón lleno de bordados que no usará nunca, y que los enseña pero que le da igual a quién le gusten y a quién no. La mayoría ni a ella le gustan. Pero ¿y los ratos de atención empleados en esas diminutas obras?. Desde luego que reconforta saber que alguien disfruta observando lo que tú haces, escuchando tu programa de radio o leyendo tus necedades, y creyendo incluso que tienen algún valor. Pero insisto, no vive de eso este blog.
Ahora, querido lector, que ya sabes eso: Gracias por tu visita, lo agradezco de corazón. Me encanta verte por aquí.
También puede ser que me entren ganas y trate de aprender a hacer mi propia plantilla, aunque no lo creo.
Realmente lo que debería hacer, si que quiero tomarme un poco en serio esto del blog, es sentarme con más calma y escribir. Llevo más de un mes con el blog y, la verdad es que no tenía nada claro que fuera a durar tanto. Lo que empezó por curiosidad es algo que ahora no quiero dejar morir, aunque sospecho que se morirá por sí solo.
¡Qué difícil es crear! Aunque sea una opinión, un relato, una breve descripción. Crear algo con un mínimo de sentido. De hecho, confieso que no creo que este blog tenga más de tres artículos realmente interesantes en las cinco semanas que lleva funcionando.
A veces escucho una canción que no me gusta, una de esas machaconas canciones hechas para usar y tirar y promocionadas hasta el hartazgo, y pienso que incluso eso es difícil de crear. ¡Qué envidia me dan los que crean! Y, si difícil es crear, no digamos ya vivir de ello. ¿Cómo lo consiguen los que lo consiguen? No es que yo lo haya intentado nunca, ni lo pretendo. De hecho si soy incapaz de crear, ¿Cómo voy a ser capaz de algo más?
¿Existe una edad para crear? Supongo que sí, pero cada uno tiene una. Cervantes escribió su Quijote con casi 50 años, y la segunda parte diez años después. Sin embargo Alberti era célebre con 18 años, casi la misma edad a la que Neruda publicó sus "Veinte poemas de amor y una Canción desesperada".
Quiero, lector, que sepas que estas humildes, secas y, a menudo insulsas, líneas me cuesta mucho esfuerzo crearlas. Nada me llevo de este blog más que el placer que me supone el esfuerzo hecho. Como cuando voy a nadar y tras 80 largos decido que aún haré diez más. No es la marca, es el esfuerzo. Igual que muchas veces, no es el destino sino el viaje lo que importa. (Vaya topicazo me ha salido ¿verdad?)
De hecho tampoco he pretendido nunca que estos artículos gusten a nadie. Si te aprovechan mejor para ti. A mí me reconforta si me entero que es así, pero el sentido no es ése. Al menos no lo ha sido hasta ahora.
Recuerdo que hace algunos años tuve un programa de radio que no escuchaba casi nadie en una radio libre. Había quien me decía que tenía que poner música que le gustara más a la gente, que tenía que hacer menos crítica, menos poesía, menos entrevistas, y poner "lo que sonaba por la tele"... a esa gente -amigos algunos de ellos-, aún con el riesgo de parecerles arisco, les decía que no escucharan el programa si no les gustaba, que yo no necesitaba su atención, que me gustaba el "hacer" y no tanto el que vieran lo hecho. Dudo que muchos lo entendieran. Probablemente ni yo mismo sepa explicarlo, pero creo que a todo el mundo nos pasa con alguna inquietud. Tiene mi hermana un cajón lleno de bordados que no usará nunca, y que los enseña pero que le da igual a quién le gusten y a quién no. La mayoría ni a ella le gustan. Pero ¿y los ratos de atención empleados en esas diminutas obras?. Desde luego que reconforta saber que alguien disfruta observando lo que tú haces, escuchando tu programa de radio o leyendo tus necedades, y creyendo incluso que tienen algún valor. Pero insisto, no vive de eso este blog.
Ahora, querido lector, que ya sabes eso: Gracias por tu visita, lo agradezco de corazón. Me encanta verte por aquí.
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