Tengo un geranio
Tengo un geranio que ha dado flores durante todo el año. Sólo dejó de dar flores en julio y agosto. Cuando en septiembre sacó una flor roja, del tamaño de un puño, me llevé una gran sorpresa y fui la envidia del vecindario. Duró esa flor más de un mes, pero en noviembre sacó dos más. En febrero salió otra más. Con las nevadas se rompió el chito. Rescaté el chito del suelo y lo metí en agua dispuesto a conservarlo hasta poder trasplantarlo a un nuevo tiesto.
La sorpresa llegó cuando una semana después de estar en agua y en el interior de casa volvió a sacar una nueva flor. Yo pensé en un hecho extraordinario. Vinieron a mi cabeza las historias fantásticas que había leído, visto u oído. Recordé el personaje de Amelie que tanto me encandiló, y pensé en lo normal que ella habría visto este hecho. Pensé en Alicia, y lo maravillosa que era mi casa con un chito de geranio que daba flores de interior aun sin estar plantado. Me acordé de la flor del Principito,...
El domingo bajé a comprar sustrato para trasplantarla. "Este chito lo tengo que recuperar" y el dependiente de la floristería se encargó de matar el encanto.
- Tienes que cortar la flor, si no lo haces, cuando la plantes en tierra se deshidratará y no podrá echar raíces.
Hablé con él sobre cómo cuidarla. Sobre mis esperanzas de que se hiciera grande y poder dividirla en dos chitos.
- Cada vez que la cortes, dará menos flores. Si no la cortas, dará flores más pequeñas cada vez hasta que llegue un día en el que no pueda crecer más y se seque. Este año, con tanto frío que ha hecho se ha pasado el tiempo para trasplantar sin que se pueda hacer con seguridad, es mal año para los geranios.
Ese mismo día la trasplanté, corté la flor, la regué, le busqué el mejor sitio de la terraza, pero no pude evitar sentirme inquieto. ¿Lo habré hecho bien? ¿Sobrevivirá? ¿Será ese el mejor sitio de la terraza?
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Amor, geranio, tu corola roja
Y la raíz que te sostiene oscura,
Tu tierno tallo de jovial cintura
Y el amarillo vértigo de tu hoja
(Otto Raúl González)
La sorpresa llegó cuando una semana después de estar en agua y en el interior de casa volvió a sacar una nueva flor. Yo pensé en un hecho extraordinario. Vinieron a mi cabeza las historias fantásticas que había leído, visto u oído. Recordé el personaje de Amelie que tanto me encandiló, y pensé en lo normal que ella habría visto este hecho. Pensé en Alicia, y lo maravillosa que era mi casa con un chito de geranio que daba flores de interior aun sin estar plantado. Me acordé de la flor del Principito,...
El domingo bajé a comprar sustrato para trasplantarla. "Este chito lo tengo que recuperar" y el dependiente de la floristería se encargó de matar el encanto.
- Tienes que cortar la flor, si no lo haces, cuando la plantes en tierra se deshidratará y no podrá echar raíces.
Hablé con él sobre cómo cuidarla. Sobre mis esperanzas de que se hiciera grande y poder dividirla en dos chitos.
- Cada vez que la cortes, dará menos flores. Si no la cortas, dará flores más pequeñas cada vez hasta que llegue un día en el que no pueda crecer más y se seque. Este año, con tanto frío que ha hecho se ha pasado el tiempo para trasplantar sin que se pueda hacer con seguridad, es mal año para los geranios.
Ese mismo día la trasplanté, corté la flor, la regué, le busqué el mejor sitio de la terraza, pero no pude evitar sentirme inquieto. ¿Lo habré hecho bien? ¿Sobrevivirá? ¿Será ese el mejor sitio de la terraza?
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Amor, geranio, tu corola roja
Y la raíz que te sostiene oscura,
Tu tierno tallo de jovial cintura
Y el amarillo vértigo de tu hoja
(Otto Raúl González)
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aLicia -