Fronteras culturales
A principios de semana se "debatió" el estatuto aragonés en el Congreso de los Diputados. Lo pongo entre comillas, porque en el debate estaban cuatro y el de la guitarra, y a este último le faltaban dos cuerdas. Cuando empezó a hablar el presidente del gobierno aragonés, la vicepresidenta del gobierno hablaba por el teléfono móvil.
Curiosa comparación. Otros estatutos llenaron hojas y hojas de periódicos, meses de telediarios y, sin embargo, el nuestro no merece más que algún pequeño comentario. ¿Han aprobado ya el de La Rioja? ¿A qué nivel estatutario está Extremadura? ¿Se ha leído el presidente del Gobierno el proyecto aragonés? La cosa parece clara, da más rédito hablar de lo que nos separa que de lo que nos une.
Un diputado de ERC habló de la "Franja del ponent" hablando de lo que aquí siempre se ha conocido como "Franja del Levante". Luego aclaró que se refería a "esas comarcas administrativamente aragonesas pero de lengua y cultura catalana". ¿Se puede poner un adjetivo como "catalán" a la cultura? ¿Alguien se imagina que la cosa fuera al revés, que alguien hablara de esa cultura "tan valenciana" que es que es la cultura de Tarragona? ¿Acaso no se comen buenas paellas en Cambrils?
Cuando en Navidad las radios nombran esa tradición "tan catalana" que es la tronca de Navidad, recuerdo cuando era niño y me contaban esa tradición en el Valle de Benasque. También es tradición en el Serrablo y en prácticamente todos los valles del Pirineo aragonés. No me extrañaría que se hiciera en algunas zonas de Navarra.
Del mismo modo hay quien habla de la gaita "aragonesa" cuando habla de la gaita que se usa también en zonas de Navarra e incluso del País Vasco. Las fronteras se inventaron para la política, no para la cultura, está claro. Pero apellidando estas cosas las intentamos poseer, las utilizamos de forma etnocentrista para justificar una identidad e intentar que nadie pueda ponerla en duda. ¿Soy un poco ruso por leer a Dostoievski? ¿Y Dostoievski que estuvo muy influido por Cervantes es un poco español? Pues supongo que sí, claro.
Un valenciano me argumentó el por qué llamar a su idioma "valenciano" y no "catalán", y no le doy ni le quito razón, pero ¿por qué no llamar en cataluña valenciano al idioma de Josep Pla? Unamuno, tan vasco él, no se ofendería por decir que su lengua es el castellano.
Los apellidos territoriales aplicados a la cultura son una estupidez muy propia de los nacionalismos catetos.
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