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Cide Hamete

...y al que no le guste el vino es un animal.

Como ya conté en este mismo espacio que ocurriría, he pasado el fin de semana en un pequeño pueblo de Soria. Fui con compañeros de trabajo. En mi trabajo estamos mucha gente joven y, de cuando en cuando, organizamos cosas de este tipo. No hay mucho que se pueda contar. Entendedme, no es que no ocurrieran cosas, es que no se pueden contar. Beber mucho, dormir poco, hacer cosas de las que avergonzarte el lunes con los compañeros.

El sábado, día de campo con caldereta, vino, sol y finalmente visita a una cuadra. Fue una experiencia interesante. Íbamos con la hermana de una compañera de viaje que tiene allí un caballo y que adora ese mundillo. Nos habló de cómo se cuida diariamente un caballo, de lo que siente un caballo cuando se le acaricia, de la nobleza de estos animales,... Finalmente nos permitimos el lujo de dar una vueltecilla sobre uno de estos mansos mamíferos. Fue maravilloso ver la pasión con la que nuestra bellísima guía describía los mimos de un dueño a su animal y viceversa.

Para terminar ese día, vuelta a nuestro pequeño pueblo y vino, y más vino... Os podéis imaginar el resto.

No merece la pena que me extienda más porque seguro que vuestra imaginación puede hacer una composición más exacta y con más detalle de todo lo que allí ocurrió.

1 comentario

Juls -

Cide, que bien te lo montas...

No te averguences, porque seguro que tus compañeros también iban a gustito

Saludos