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Cide Hamete

Viaje de trabajo.

No conozco París más que a través de los libros. Hoy me he enterado de que voy a irme a París y Nantes dentro de unos días por cuestiones de trabajo. Supongo que estos viajes sólo hacen ilusión cuando eres joven. Luego, imagino que llegan a hartar. Pero el asunto es el mero hecho de salir, coger un avión, hablar en inglés (de francés yo ni papa, aunque mi inglés tampoco es para tirar cohetes), asomarme a la ventana del hotel y ver otra ciudad, otro país,... Todo eso es algo que me tiene inquieto. Vivo tan esclavo de mi casa y mis circunstancias que esta posibilidad se me presenta como algo único para conocer y observar. No es la Torre Eiffel lo que más me interesa de París. Es el trato, ¿Cómo será el comercial que me atienda? ¿Cómo servirán los camareros? ¿Habrá filósofos de bar? ¿Seré capaz de comprenderlos sólo por sus gestos?

Si pudiera hacer turismo, seguramente tampoco elegiría la torre Eiffel. El Paris de Rayuela, Montparnasse, el convento de los carmelitas donde Dartagnan se ganó el respeto de sus amigos, las librerías que visitó Martín Romaña, los cafés donde escribió Hemingway,... Sé, sin haber estado nunca, más de París que de algunas ciudades que sí he visitado. Supongo que eso se debe sobre todo a que es una ciudad literaria. Zaragoza también es una ciudad literaria, aunque tiendo a pensar que es más cinematográfica. Zaragoza tiene cantidad de ambientes distintos, de calles estrechas, amplias, locas, tranquilas, grandes plazas, pequeñas rotondas imposibles, bancos en mitad de la nada, incluso las orillas del Ebro están a distinta altura sobre agua. La margen derecha está varios metros sobre el río, y la izquierda está prácticamente al mismo nivel del agua. No me voy a enamorar de París como lo estoy de Zaragoza, pero es una aventura que me apetece correr.

2 comentarios

Nevers -

Fíjate en Nantes: extendida y desperdigada, condenadamente moderna con esos edificios tan horteras como sólo los franceses son capaces de producir: el muro pantalla llevado al ridículo. Pero tiene no sé qué de cálido, y las herrumbrosas grúas del estuario te hacen soñar en bruñidos operarios que tal vez nunca pensaron en zarpar ocultos en uno de los barcos que aparejan.
Si el tiempo te da para tomar una basquita que remonte el Loira, recuerda el fresco sabor del muscadet mientras piensas en los cuentos galantes de Maupassant: los merenderos de que habla estaban a la orilla del Sena, pero hace ya tanto que ese río se envileció...

N.

Athe -

Te enamorarás de París auqnue te resistas y como las ciudades no son celosas podrás amar a las dos...
Si vas a los jardines de luxemburgo no dejes de acercarte a la Fuente Medicis "Polifemo y Galatea". Te va a dar mucha envidia en paris todo el mundo se besa en primavera. Buen viaje¡¡