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Cide Hamete

DESPERTAR DE UN IMBÉCIL

Amaneció
en el dormitorio.
Se levantó
el imbécil.
Tras la ducha
desayunó ligero,
fregó el tazón.
Se vistió
de corbata,
el muy imbécil.
Cogió las llaves,
se peinó
como un imbécil.
Al salir
se dio cuenta:
Había amanecido
en el dormitorio.
Pero
había amanecido
sin ella.

3 comentarios

Athe -

Recibidosss los comentarios. Paisano¡

Athe -

Como era aquella canción: "No hay nada´más dulce que lo que nunca he tenido, nada más amado que lo que perdí..." Besos.

Javier -

El ser olvidadizo te juega estas malas pasadas. Hay veces que sales de casa dejándote el corazón tu cuarto.